Secuencia 2
Moda
La Moda
Los jóvenes hacen suya la moda asta el punto de que no conciben una vida sin moda.
La moda ahorra el pensamiento, la elección y finalmente aniquila la incomoda responsabilidad.
El enorme éxito popular y mercantil, de un sistema de imposición de modelos y conductas en el terreno de la in documentaria y las costumbres.
La actualidad, la noticia, la fama, la notoriedad y la posibilidad de negocios han acabado siendo negocios sinónimos de moda. La imagen simboliza por el cine, las noticias y el espectáculo en general.
En la actualidad se podría decir que hay varios tipos de modas por decirlo de algún modo. Según sus costumbres, ideas o ideales es la forma de vestir de cada persona.
Entre ellos destacan los:
Moda
La Moda
Los jóvenes hacen suya la moda asta el punto de que no conciben una vida sin moda.
La moda ahorra el pensamiento, la elección y finalmente aniquila la incomoda responsabilidad.
El enorme éxito popular y mercantil, de un sistema de imposición de modelos y conductas en el terreno de la in documentaria y las costumbres.
La actualidad, la noticia, la fama, la notoriedad y la posibilidad de negocios han acabado siendo negocios sinónimos de moda. La imagen simboliza por el cine, las noticias y el espectáculo en general.
En la actualidad se podría decir que hay varios tipos de modas por decirlo de algún modo. Según sus costumbres, ideas o ideales es la forma de vestir de cada persona.
Entre ellos destacan los:
Emos
Punk
Reggaetoneros
Hip hoperos
Hippies
Los rockeros
Los retro
Estas personas se visten así por la falta de identidad y sus lideres por la ganancia que adquieren
la evolución de la moda desde la época antigua hasta la contemporánea.
La historia de la moda tiene sus inicios en los tiempos más remotos de la historia del hombre. No osamos pronunciarnos sobre cambios bruscos en nuestra evolución del vestuario, pues ya hemos visto sobradas razones en torno de la indumentaria, incluso de la más arcaica, y, a ese respecto, no tiene el teórico ningún derecho a especular tanto como para constreñir determinados períodos históricos, que en tiempo real duraron muchos años, que se dieron en muchas generaciones de hombres y mujeres, y reducirlos a lo que hoy llamamos un cambio de estilo como si no fuera más que el resultado de una ecuación instantánea. Debe estudiarse la moda globalmente, sin caer en la tentación de ser tan parciales que el espíritu de la moda, tan cambiante en las tres últimas décadas, nos lleve a pensar que la moda es un fenómeno efímero, vano y sin fundamento. Es por cuestión de espacio y por concretar mejor la materia de estudio por lo que gran parte de la historia del traje la dejamos para los tratados de Antropología, Historia del Arte y lo que en definitiva se viene llamando con propiedad Historia del Vestido. Pero el aspecto de la moda que la relaciona con la industria y con el diseño sí nos interesa, para encuadrar en ello nuestra profesión, primero, y para que el complejo fenómeno de la moda actual no quede desligado de lo que la moda ha sido. Es decir, nos interesa la parte industrial de la moda y su estructuración, porque esto es el enfoque del diseño: el diseño de moda.
La segunda intención, la de conectar la moda pasada con la moda actual, es proponerle al estudiante que mantenga permanente atención a esta propósito; porque la moda actual, que es tan compleja, que no se atiene solamente al interés por la vestimenta sino por el aspecto integral del individuo, puede ser la culminación del desarrollo ininterrumpido de las modas pasadas y la integración de la moda en la cultura del ser humano, social y urbano.
Arrancamos el estudio de esta síntesis histórica en el punto en que comienza a darse la interrelación entre las tres cuestiones a estudiar: la industria textil, la moda y el diseño de moda. Este momento histórico es la segunda mitad del siglo XIX. Estos casi ciento cincuenta años los dividiremos en varios períodos hasta llegar a la actualidad, con la aparición de los estilistas y, finalmente, después de 1983, la nueva concepción de la moda: el look. En cuanto al ámbito geográfico de este resumen histórico, nos referimos casi exclusivamente a la Europa occidental y, en cortas alusiones, a los Estados Unidos y Japón.
La colonia en América se inició con la conquista europea a partir del siglo XV, que impuso su moda en ese lugar del mundo.
En pleno Renacimiento, se utilizaban atuendos lujosos y bordados. Los hombres usaban trajes cortos, sombreros elegantes y zapatos con puntas. Las mujeres, usaban faldas que se ensanchan hacia los pies, con grandes encajes, que incluían la camisa. Debajo de esta se usa un jubón, para realzar el busto. Se utilizaban para su confección, la seda, la lana de oveja y las pieles.
Luego de la Revolución Industrial, la industria textil cobró gran auge. Hubo mayor producción de telas, a precios accesibles.
Las ropas típicas masculinas, del antiguo régimen eran los pantalones cortos y ajustados, y las prominentes pelucas. Los sans culottes de de la Revolución Francesa impusieron el pantalón largo y dejaron de usarse las pelucas. Los nobles y burgueses, para sus reuniones sociales usaban frac, y como ropa de calle, la levita, consistente en una chaqueta larga, ajustada al talle. Pegada al cuerpo usaban camisas, de lienzo, más gruesas para diario y más finas, para vestir en grandes ocasiones. Todo atuendo se acompañaba de bastón. La cabeza era cubierta con un sombrero de copa redondeada, alto, y de alas abarquilladas, que en Argentina, Chile y Uruguay, recibió el nombre de galera. Las medias se reemplazaron por botas.
Las pelucas también fueron abandonadas por las mujeres, que comenzaron a recoger sus cabellos, adornándolos con alguna joya, cintas o con peinetas de carey o metal para sostener los rulos o bucles. Estas peinetas fueron haciéndose más grandes hasta configurarse el peinetón. Sobre estos elevados peinados, se colocaban cofias o mantillas. Sus vestidos eran vaporosos, de amplias faldas, que aumentaban su volumen con el uso del miriñaque, una enagua sostenida por arcos metálicos, que se colocaban debajo de la falda, y de talle alto. Las mujeres de la nobleza y la burguesía usaban corsé, para estrechar su cintura.
Las mujeres del pueblo vestían simplemente faldas largas, blusas con altos cuellos, y como abrigo, un mantón.
En las colonias, las familias más adineradas e influyentes, imitaron las costumbres y la moda europea, adaptándolas a la idiosincrasia local, siendo la ropa uno de los modos de mostrar el status social, al que la persona pertenecía..
Así, a mediados del siglo XVIII las damas de la colonia, pertenecientes a la elite, a la usanza europea, cubrían su cuerpo con una camisa sumamente adornada con encajes, con mangas amplias y voladas, sujeta por un corcé, que estrechaba la cintura. Sobre ella se colocaba el jubón, especie de chaleco, que llegaba con sus mangas hasta los codos, con amplio escote, y adherido al cuerpo, destacando sus líneas. Sobre éste se colocaba la cotona, de tela transparente, que unía la parte delantera y la trasera con cintas atadas.
Todavía para ser más suntuosa la vestimenta, se colocaban collares de perlas, muchas veces con el símbolo de la cruz. Bajo la falda llevaban enaguas, a veces más de una o dos, con volados y puntillas en la parte inferior, que se apreciaban al levantarse la pollera o faldellín, sumamente adornada.
La última prenda que se destacaba sobre la pollera, era el delantal, muy trabajado, generalmente en forma coincidente con los ornamentos de las mangas.
Toda la parte inferior del atuendo era levantada por el miriñaque. Sobre la cabeza y los hombros lucían un manto o chal. El calzado era de tela muy fina, como sedas, con hebillas, y con detalles en hilos de oro o plata. Las medias eran de seda, y llegaban hasta encima de las rodillas. Para sostenerlas usaban porta ligas.
Los cabellos con rizos, bucles y/o trenzas se ornamentaban con cintas, alfileres de plata, flores frescas y el peinetón, que sujetaba este elaborado peinado, que a su vez era sostenido por el manto.
Los hombres también adoptaron la moda europea, a veces usando colores que mostraban su filiación política. De todos modos, aunque recargada, las prendas masculinas permitían mayor posibilidad de movimientos, ya que debían caminar y montar a caballo, por lo cual los pantalones eran generalmente anchos y el calzado eran botas. La ropa masculina que describimos antes propia de la usanza europea, se reservaba para grandes ocasiones.
En el campo, la indumentaria era mucho más sencilla, tanto el estanciero como sus peones usaban camisas, sobre las cuales colocaban un poncho para resguardarse del frío. Sus pantalones eran anchos, llamados calzones, y usaban botas de potro.
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